El próximo 9 de mayo se llevará a cabo en la ciudad de Quito, Ecuador, la cumbre de ministros del Sistema de Interconexión Eléctrica Andina (SINEA). A partir de esta cumbre, los países miembros buscan reafirmar su voluntad de avanzar en la creación de un Mercado Andino Eléctrico Regional (MAER) a través de la firma de la Declaración de Quito; aprobar la actualización de la Hoja de Ruta SINEA 2020 – 2030, que guía el avance de infraestructura de interconexión; y el traspaso de la Presidencia Pro-Tempore del SINEA a Perú.
La interconexión eléctrica andina-SINEA: una iniciativa estratégica para impulsar la seguridad energética, un mayor aprovechamiento de recursos renovables complementarios, mejores precios, y mayor resiliencia de los sistemas eléctricos
El contexto internacional actual impone retos al suministro energético en los países alrededor del mundo, induce incremento en los precios de los servicios energéticos, y pone de manifiesto la necesidad de acelerar la descarbonización de las economías y de incrementar la resiliencia de los sistemas ante los embates del cambio climático. Es este escenario donde la integración toma mayor relevancia y la región andina se encuentra preparada a través de la iniciativa SINEA, creada en 2011 para avanzar en la interconexión eléctrica de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú.
La integración eléctrica es clave para aportar a la seguridad energética de los países miembros, ayudando a mitigar, entre otros, los impactos de la variabilidad climática en las matrices de generación de cada país y a las fluctuaciones de los precios internacionales de los combustibles. El SINEA busca sacar el mayor provecho de la complementariedad de los recursos energéticos entre los países andinos donde las energías renovables juegan un rol preponderante.
Los anteriores beneficios cobran inclusive mayor importancia de cara al aceleramiento de la demanda eléctrica de los próximos años producto de las dinámicas poblacionales, económicas y de electrificación de estos países, por ejemplo, impulsada por la proliferación de la movilidad eléctrica o las diferentes estrategias de descarbonización industrial y transición energética.
Estimaciones preliminares evalúan beneficios netos superiores a los US$1.500 millones en los primeros diez años de operación del nuevo Mercado Eléctrico Andino (MAER) y una reducción de emisiones de CO2 estimada en aproximadamente 15% (con los mercados integrados) gracias a las eficiencias en el uso de la infraestructura eléctrica.
El BID, un socio estratégico para materializar este sueño
Desde su creación, el BID ha estado presente y comprometido con esta importante iniciativa para la región, ejerciendo el rol de Secretaría Técnica y brindando apoyo a través de su capacidad técnica, institucional y financiera con recursos no reembolsables y el financiamiento de los proyectos de infraestructura. Particularmente, en los últimos años, el BID ha apoyado la preparación de los reglamentos operativos derivados de la aprobación en 2017 de la Decisión CAN 816 que estableció el MAER; el desarrollo de estudios de potenciales interconexiones regionales; y en la consolidación de proyectos concretos como la línea de interconexión entre Ecuador y Perú, de acuerdo a las metas establecidas en las Hojas de Ruta 2014-2020 y 2020 – 2030.
Más allá de los recursos financieros, el BID se ha consolidado como un socio estratégico en los procesos de integración eléctrica de la región, facilitando el espacio de diálogo “imparcial” donde se crean y se desarrollan los grandes procesos de integración; promueve el intercambio de experiencias y mejores prácticas entre los países de América Latina y el Caribe y el resto del mundo. Asimismo, mantiene la memoria histórica de los procesos de integración contribuyendo a la continuidad de las iniciativas; y apoya el desarrollo de la arquitectura regulatoria, normativa institucional, así como el desarrollo de la nueva infraestructura de integración.
A partir de esta reunión, continuaremos apoyando a la región en sus procesos de integración para seguir mejorando vidas a través de un suministro interconectado de electricidad resiliente a los desafíos actuales y futuros.